El sólido bizantino - Moruzzi Numismatica - Monedas, medallas y papel moneda en Roma

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El sólido bizantino

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El sólido de Constantino, manteniendo por largo tiempo inalterado su peso y título del oro, ha constituido un elemento esencial para los mercados, garantizando la estabilidad y la satisfacción en las varias partes de un imperio ya enormemente grande e incluso fuera de el. Tal moneda también ha sido muy importante para las relaciones entre Estado y ciudadano en el no irrelevante ámbito de los impuestos. El sólido quedó como el eje del sistema, después de las crisis del III e IV siglo, cuando, aumentando enormemente la emisión del bronce para monedas cada vez más pequeñas, se alteró la relación entre los metales con una vertiginosa devaluación:  al final del siglo IV un sólido fue equivalente a 25 libras de bronce, como lo demuestra el Código de Teodosio. El sólido se mantuvo en el  centro del sistema monetario y fue una moneda de valor real y como tal, fue también un medio útil en las transacciones a larga distancia o como base de referencia para cuentas y conversiones en otras monedas. De hecho tanto el símbolo colocados en las monedas "ob", (obryzum), que significa oro puro como el peso bastante estable en el tiempo, (4,45 gr.) hace la moneda por excelencia. También se mantuvieron estables los tipos:  en el anverso, el busto del emperador, sin alguna connotación fisonómica y al reverso la Victoria con la cruz y el orbe crucifero, reemplazado después de Justiniano con la personificación de Constantinopla. El prestigio de esta moneda de oro fue tal de determinar en el imperio, (bajo Justiniano que cada vez más fue extendiendo sobre todo en occidente), la reapertura o la creación de nuevas casas de la moneda para la acuñación del sólido. El sólido no se limitó sólo a la circulación dentro del imperio, También fue utilizado en una vasta área que de la cuenca del Mediterráneo se extendió desde España hasta África y en Asia hasta las regiones más a Oriente. El sólido bizantino entre altos y bajos fue la moneda de referencia en los grandes circuitos internacionales hasta principios del siglo XIII cuando perdió  interés, también en relación con la inestabilidad provocada por el continuo estado de beligerancia con los turcos, cruzados y venecianos. Así terminó la historia del sólido, moneda base de los cambios internacionales, gracias a la larga estabilidad de que gozó en los siglos, dejando el lugar a nuevas buenas monedas occidentales, en particular aquellas de los municipios y de los estados italianos que consiguieron gran visibilidad en el mundo también gracias a las cruzadas.

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