República Social Italiana - Moruzzi Numismatica - Monedas, medallas y papel moneda en Roma

A Tras el armisticio del 8 de septiembre de 1943, las tropas alemanas ya presentes en Italia, fuertemente reforzadas por aquéllas incluidas a causa de la caída del régimen fascista, hasta el 25 de julio, lograron, en pocas horas,  asumir el entero control del territorio italiano todavía no ocupado por las tropas aliadas - con excepción de las provincias de Taranto, Brindisi, Lecce y Bari que siempre quedaron bajo el control nacional - por la casi completa exfoliación del ejército italiano. El 12 de septiembre un comando alemán liberó Mussolini, prisionero en un hotel de Campo Emperador, en Abruzzo, conduciéndolo en Alemania de dónde, cediendo a las presiones de Hitler, inició a trabajar para la reconstrucción del Partido fascista. Después de esto, el 23 de septiembre de 1943, el mismo Mussolini anunció el nacimiento de un Estado Nacional Republicano, que habría continuado la guerra a lado del viejo aliado. La nueva entidad, a todo efecto un estado " títere", completamente controlado por Alemania, tenía jurisdicción sobre todos los territorios italianos controlados por los alemanes, con excepción para las provincias de Trento, Bolzano, Belluno, Udine, Goricia, Trieste, Fiume e Pola, administradas directamente desde Alemania. Que fueron reconstruidas también de las fuerzas armadas, que estuvieron principalmente ocupadas, con las debidas excepciones, en el afrontar la guerrilla partisana, en particular aquella eslavo-comunista en la frontera oriental. La continuación de la guerra, con la consiguiente, imparable, avanzada aliada hacia el norte, redujo, en los meses, el territorio controlado por la República de Mussolini, limitándolo, en la primavera del 1945, a solo el valle del Po. Al final de abril del 1945, con la llegada de los anglo-americanos, respaldada por las sublevaciones populares en todo el Norte, el efímero estado fascista acabó con el fusilamiento de Mussolini a Dongo. Si el RSI tenía méritos, quizás, fueron lograr impedirles a los alemanes de proceder al metódico saqueo del patrimonio industrial italiano, como ocurrió en cambio en otros países ocupados - garantizando así una rápida reanudación en el después de guerra - y en hacer que la lira, en las provincias del Norte, al final de la guerra, tuviera todavía un sentido, como moneda, con respecto del estallido inflacionístico causado, al sur, de la invasión de los tristemente célebres "AMlire."
Franco Ceccarelli